¡Pero qué miedo!

Hoy es el día de contaros mis dos mayores miedos... ¿preparados? ¿Sí? Pues yo no mucho...
Dejando de lado que cualquier insignificante cosa me puede causar el mayor de los terrores y de que no existe en el mundo persona más sensible al miedo que yo, las dos cosas más, más, más "malas" y eficaces para provocarme un infarto y matarme son...
De más miedo a menos miedo de pánico, mis dos pesadillas más frecuentes:

1- Arañas: ¡No puedo con ellas! Es una cosa que me supera. Incluso las pequeñas, aunque si veo que son inofensivas y con un pisotón me las puedo cargar, como que no me afecta casi. Pero cuando ya hablamos de algo más grande, peludo, con muchos ojos, patas y con amenaza de muerte... son palabras mayores... Sólo pensar que está andando cerca de mí con sus horribles patas tan tranquila... No sé cómo estoy teniendo el valor de estarlo escribiendo incluso. Ahora mismo estoy cagada de miedo y estoy mirando todo el maldito rato alrededor de mí por si acaso... ¡Es que me da muchísimo miedo y asco! ¡Arggghhh! ¡No quiero ser Spiderwoman! No escribo más, lo siento, pasemos al siguiente "bicho".

2- Serpientes: No es un horror tal como el de las arañas, ni de lejos, pero tampoco es que me hagan mucha gracia... Ahí, con su cuerpo pegajoso, sin extremidades, reptando por ahí con su cuerpo deslizador, con su lengua bífida, su típico sonido alertador de sí misma... Amenazante. Sigilosa. Hija de p***. Capaz de comerte sólo de un mísero bocado o de clavarte sus dientes con el más horrible de los venenos... de axfisiarte si se enrosca alrededor de tu cuello... Definitivamente nunca veré "Serpientes en el avión". Y ya ni hablamos de las de cascabel, de las boas y todo ese rollo...

Está ha sido la peor entrada de mi vida. Nunca me había costado tanto escribir algo... Ufff. No volveré a mencionar a estos dos monstruos en lo que me queda de blog... ¡Como para volver a sufrir así! Lo peor de todo es que hoy tendré pesadillas con estas dos "hermosas ricuras"... ¿Estaréis contentos, no? Ya me habéis paranoicado lo que queda de día. ¡Espero que hayáis disfrutado de mi sufrimiento! :(